Gonza posa feliz con su lucio. |
Cierto es que la primera vez que hablé
con Gonzalo de pesca me pareció un pescador de los de antes pero con
tintes modernos y eso me gusto. No es que digamos que es el típico
que siempre pesca el mas grande como les pasa a muchos. Sabe pescar y
sabe cuando no pesca que es lo importante. Yo estaba recién iniciado
en el casting y sòlo había salido una jornada con la susodicha caña
cuando Gonzalo me propuso ir al Henares a por lucios. Había oído
que se habían sacado lucios y no pequeños pero para mi ese río es
complicado, yo había ido siempre a por truchas que aunque hay pocas
son buenas, pero eso de ir a por lucios a un río la verdad es que me
llamaba la atención, así que no tuve mas remedio que probar por
segunda vez la caña de casting y vadeador en mano un viernes de
mediados de marzo nos pusimos manos a la obra.
Voy a obviar el nombre del sitio al que
fuimos que no quiero que se
infeste de “depredadores humanos” que bastante tenemos ya con los
lucios.
Lucio que me prestó Gonza para la Foto |
Llegamos a la orilla del río, nos
ponemos los vadeadores y entramos en el río con nuestras cañas de
casting. Reconozco que no creía que fuéramos a sacar ni un
miserable lucio ya que me costaba creer que aguas que antaño habían
estado llenas de carpas, bogas, barbos y truchas ahora están
colonizadas por este depredador. Comenzamos, Gonza por el margen
izquierdo y yo por el derecho. El agua estaba fría y el día estaba
nublado aunque no corría mucho viento cosa que se agradece en esta
época. Después de unos lances Gonza advierte la picada de un lucio
pero no lo logra clavarlo, yo pensé que seria un enganche, sin
embargo metros después justo unos metros delante de él divisa un
pequeño lucio de unos 2kg, “Esta ahí abel” me dice. “no lo
ves”. Yo desde mi posición no lo podía ver sin embargo después
de unos lances Gonzalo consiguió engañarlo con un spinnerbait.
Después de la pertinente foto e intentar pesarlo, digo intentar
porque la báscula nos traicionó, seguimos río arriba dispuestos a
sumar presas. Y así fue amigos unos metros mas arriba y en un árbol
hundido Gonza saco un luciete algo mas grande que el anterior y
justo cuando sacaba ese, yo estaba peleando con otro que no pude
sacar ya que se soltó en una bonita lucha. “no pasa nada dije yo,
seguro que sacamos mas”. Parecía que esa tarde era nuestra tarde
de suerte porque cuando traía un vinilo de color verde un lucio
venía por detrás a dar caza a su presa pero para mi desgracia me
quede ya sin sedal que poder recoger. Lanzo un par de veces más y
clavo al depredador que ataca a su presa y tras una bonita lucha se
safa del señuelo y corre río arriba que se las pela. Gonzalo se
mosquea porque quería verme sacar un lucio en estas aguas, pero yo
le tranquilizo diciendo que ya vendrán mas. Al final del día tuvimos
siete picadas y solo Gonza pudo sacar tres lucios. Reconozco que a
partir de ese día pude cambiar el nombre de Gonza por el de andaríos
y que serian muchas las tardes que compartiríamos en ríos y
pantanos. Pero eso lo dejamos para otro día.Un saludo a Gonzalo
que es un pescador de los de antes pero con tintes modernos.