No me gustan mucho los intensivos, pero hay que reconocer que en ciertas ocasiones hay que ir por diversas circunstancias.
En esta ocasión fuimos mi padre, Pablo, Juanjo y yo. Pablo tiene 71 años y la verdad que ya no esta para ir a tramos libres, pero en los intensivos se desenvuelve bastante bien.
La jornada empieza en la puerta del bar Sinagoga donde sacamos los permisos. Hoy no hay mucha gente, y todo hace pensar que la jornada va a ser bastante buena. La espera se hace amena, estuvimos dialogando con gente mayor de la que siempre se aprende algo. Sacamos el permiso y a las 8:20 estabamos en el río.
Caña en mano, bajo hacia una chorrera que siempre me ha dado muy buenas capturas. Juanjo y Pablo se quedan en unas piedras que hay un poco mas abajo, donde tantas buenas jornadas de pesca han pasado.
Bajo a buscar a los compañeros, algo pasa..., llevamos una par de horas y no hemos podido sacar mas que un par de truchas, yo, y otras dos juanjo, Pablo ninguna.
Pensamos que el agua esta demasiado fría para las truchas, que todavía no se han hecho a la temperatura, porque la verdad es que no entran a nada y las que entran son dificiles de pescar.
Unos lances mas y parece que Pablo se anima, en un rato saca cinco truchas y los demas "sol y moscas". Decidimos bajar a la parte baja del coto, por debajo de un puente de madera, a probar suerte y ver si sacamos alguna de buen tamaño, que sabemos que las hay. Llegamos al sitio y no parece que vayamos a tener mas suerte que la que hemos tenido en la parte alta del coto. Preguntamos a un pescador y solo lleva una, de un kilo y medio nos comenta.
Cañas en mano vamos bajando el coto. Juanjo se adelanta mientras que Pablo y yo nos quedamos algo mas retrasados. Reconozco que me gusta pescar tranquilo y conozco bien el coto por lo que tiento algunos sitios que me han deparado buenos trofeos. Mas de lo mismo, yo consigo sacar una mas y Pablo otra mas. Juanjo aparece por la ribera con la caña en la mano:
-Llevo el cupo-, nos comenta.
-He tenido suerte en una poza y al final me voy contento para casa.-
-Cuarto de hora mas y nos vamos nosotros-, le comento yo.
-Cuarto de hora...- pensé yo.
Justo debajo del puente consigo sacar otra mas, Pablo ya cansado consigue otra captura mas, al final parece que se anima la cosa, y otra mas para la buchaca, y otra mas, de repente otra mas pero esta es grande, después de una bonita lucha conseguí sacar una arco iris de 1,4kg .
No esta mal, las hay mucho mas grandes pero reconozco que, segun iba el día, me puedo dar por satisfecho. Al final yo hice cupo y Pablo se quedó en siete truchas.
Una bonita jornada de pesca en la que costó mucho sacar los peces pero la pesca es así y estas jornadas me gustan mucho, porque para sacar peces por sacar, mejor los compro en la pescadería.
Un saludo a todos.
Abel